Un jurado internacional, en el que se integran reconocidos chefs y sommeliers de todo el mundo ha considerado que el jamón ibérico de bellota que elabora la empresa familiar de Monesterio, ‘Casa Lucas’, obtenga las tres estrellas de los premios anuales ‘Superior Taste Award’ que otorga el Instituto Internacional Taste de Bruselas.
Se trata de una evaluación muy particular, a la que se someten centenares de alimentos y bebidas de todo el mundo. El premio Superior, solamente lo reciben los productos que alcanzan una puntuación de cata superior al 70%. En el caso del jamón ibérico de bellota de ‘Casa Lucas’, la puntuación casi ronda la perfección, con un 91,3%, en una evaluación sensorial en la que se puntúa primera impresión, olfato, gusto, o textura, entre otros conceptos. Una cata a ciegas a través de un estricto proceso en el que participan unos 200 profesionales, cuidadosamente seleccionados en función de su experiencia. Muchos de ellos pertenecientes a empresas mundialmente reconocidas a través de la Guía Michelín.
“Presentamos este jamón a la cata como muestra del buen hacer de los artesanos ibéricos de Monesterio”. El objetivo, explica Antonio Hidalgo Pecellín, administrador de ‘Casa Lucas’, no era otro que “comprobar” a través de este selecto grupo de catadores internacionales, si “realmente” el Jamón de Monesterio posee las características que lo hacen único; porque, “una cosa es que nosotros lo sepamos, y otra bien diferente es su reconocimiento al más alto nivel”. El jurado, “nada más abrir el jamón, quedó rendido al producto”. Tanto es así, que este jamón, cuya edición limitada supera el millar de piezas, ha obtenido las Tres Estrellas por su sabor superior.
El industrial de Monesterio ha mostrado su satisfacción por esta catalogación, que a partir de ahora aparece insertada en las vitolas de su producto estrella, como mejor reconocimiento “al trabajo que durante toda su vida han realizado mis padres, y al que desarrolla el actual equipo humano de nuestra empresa”.
Conseguir este producto no es fácil. “Hay que tener muy buen ojo con los cerdos”, explica Antonio Hidalgo, perteneciente a la tercera generación de esta empresa que fundó su abuelo Francisco, y que posteriormente fue dirigida por su padre Santiago, del que aprendió que uno de los mayores secretos para obtener el mejor producto final pasa por la selección de los animales en la dehesa, su alimentación y su genética”. Después, “el cariño y el mimo” de cada pernil ibérico en el secadero.
“Este reconocimiento nos anima a continuar en nuestra habitual línea de trabajo”, manifiesta Antonio Hidalgo, pues, la distinción recibida lleva implícita la supervisión del Instituto Taste. El galardón internacional de este producto ha animado a la empresa a ‘socializar’ parte de sus ventas.
La primera iniciativa pasa por “donar parte de los ingresos obtenidos por la comercialización de este lote de jamones a la investigación para la lucha contra el cáncer, a través de la asociación oncológica AOEX-Monesterio”. A partir de ahí, explica el administrador de la empresa, “continuaremos colaborando con otros colectivos y asociaciones que trabajan en la defensa de los sectores más vulnerables de la población”.
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