El jamón ibérico y el queso forman parte indisoluble de la 'marca España'. Son dos de los mayores manjares patrios y una delicatessen apreciada en el mundo entero. O en casi todo. Porque Australia ha decidido imponer severas restricciones a la importación de estos productos por considerarlos "de riesgo".
El Ministerio de Agricultura del país oceánico cuenta con una normativa muy restrictiva para regular los productos importados al país. La legislación de bioseguridad busca evitar el contagio y la propagación de enfermedades y plagas. En consecuencia, la importación de algunos alimentos está sujeta por ley a ciertas condiciones de bioseguridad, entre ellas que se solicite un permiso.
Por lo tanto, Australia requiere que todos los productos alimenticios importados cumplan con sus estrictas normas de seguridad alimentaria y deben ser procesados y embalados en instalaciones certificadas y deben cumplir con los estrictos requisitos de limpieza y desinfección.
¿POR QUÉ LOS CONSIDERA "PRODUCTOS DE RIESGO"?
Australia etiqueta al jamón ibérico y al queso como "productos de riesgo" debido a su alto contenido de proteínas y grasas. El jamón ibérico, especialmente, es considerado como un producto de alto riesgo debido a su alto contenido de grasas saturadas y su proceso de curado, que puede permitir la proliferación de microorganismos patógenos, como E.coli, Listeria monocytogenes y Salmonella.
Actualmente, las autoridades de protección de fronteras australianas no permiten que se introduzca en el país ningún tipo de carne procesada, incluidos los embutidos y el jamón. Tampoco están permitidas las carnes no enlatadas, como los artículos envasados al vacío, a menos que vayan acompañadas de un permiso de importación.
Es por ello que este lunes, las autoridades australianas le han retirado el visado a un español de 20 años tras ingresar al país con lo que consideran "objetos de riesgo" sin declarar: el joven llevaba en su maleta un kilo de carne de cerdo cruda, según el ministerio australiano, que incluía dos envases de jamón, un envase de chorizo y otro de caña de lomo. Además, también había viajado con una cuña de queso.
REQUISITOS PARA ENTRAR: LA CARTA DEL PASAJERO
Para entrar en Australia, además de tener un pasaporte válido y un visado para aprobado, hay que rellenar la Carta del Pasajero (en inglés, Incoming Passenger Card). Todos los equipajes son sometidos a control por rayos o manual a la llegada al país y cualquier medicamento y producto alimenticio tiene que ser declarado a través del formulario.
La tripulación del vuelo o del crucero le proporciona a los pasajeros la Carta del Pasajero, un documento legal donde deben marcar si llevan determinados productos de origen vegetal y animal. Una vez estos bienes están declarados, el usuario tiene que llevarlos a una oficina de bioseguridad para que sean evaluados e inspeccionados.
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¿QUÉ PRODUCTOS NECESITAN UN PERMISO DE IMPORTACIÓN?
Los productos lácteos y de huevos, material vegetal, productos animales, animales vivos, semillas, nueces y frutas y verduras frescas, generalmente sólo pueden ingresar al país si se ha obtenido un permiso de importación de AQIS antes de la llegada. Si no se tiene dicho permiso, se confiscará y destruirá cualquiera de los artículos mencionados.
El Gobierno de Australia ha habilitado BICON, una página que permite identificar qué mercancías requieren un permiso de importación. Los alimentos se clasifican en tres grupos: de riesgo, de vigilancia y los que cumplen la normativa. Todos los productos de riesgo tienen que pasar un control antes de entrar en el país y algunos necesitan un certificado de importación. Los de vigilancia, por su parte, pasan controles aleatoriamente y no necesitan ningún documento para pasar la frontera.
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