Porque sus jamones y paletas proceden de las mismas salas centenarias de hace más de 130 años, y mantienen intacta la forma de hacer de entonces: en un secadero natural con aire de la sierra, el más antiguo de la zona, el maestro jamonero abre y cierra las ventanas cada día, guiándose por su experiencia y por un cuidado extremo por cada pieza, para aprovechar el clima único de Huelva y la sierra de Aracena.
En esta área, muy cercana al mar, se dan paso veranos calurosos e inviernos muy fríos, con una gran oscilación térmica que ayuda a la oxidación de las grasas durante la curación. Ese hecho, junto a un secado natural más prolongado de las piezas, confiere a cada loncha unos tonos umami mucho más acentuados, intensificando el bouquet final de la pieza.
Todos los jamones La Joya proceden de un ciclo completamente integrado de producción, con trazabilidad completa hasta las abuelas de cada animal. Así, se aseguran el mayor grado de calidad, sostenibilidad y seguridad en toda la producción, junto con la máxima pureza de las características innatas de la raza.
Además de ello, los cerdos realizan su montanera en las dehesas de Aracena: una tierra de montañas con pendientes que hace que los animales ejerciten más su carne en comparación a los criados en dehesas más llanas de otras DOP. Así, se consigue una loncha mucho más prieta, con el entreverado más homogéneo y fino: más sabor, más cremosidad y una mordida más consistente.
La gama de productos la Joya cubre todas las variedades de jamón y paleta ibéricos: cebo, cebo de campo, bellota 50% y bellota 100% raza ibérica. Además, está disponible en una amplia variedad de formatos, desde la pieza entera a centros, pasando por los loncheados a mano.
Así, los jamones La Joya combinan a la perfección el respeto total por la artesanía y la tradición jamonera de la sierra de Huelva, con un acercamiento total al consumidor, que cubre todas las variedades de ibérico y con formatos a la última.
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