El bar restaurante El Petit ha abierto sus puertas en el barrio de San Juan de Pamplona con una propuesta muy centrada en la barra: croquetas de jamón, tortilla de patata, verdura de temporada y cocina de mercado al momento. Detrás del proyecto están los navarros Patxi Lacalle Asensio y Juan Flamarique Roncal, de 53 años, que se han lanzado a una nueva aventura hostelera tras toda una vida entre fogones.
El Petit está situado en la calle Monasterio de Urdax 28, en pleno corazón de San Juan, rodeado de comercio local. Comparte acera con negocios como el café Barista, que ha abierto hace pocos meses, o la ferretería Gárate de toda la vida, y quiere sumar vida de barrio, vermús largos y ambiente de pinchos en esta zona de Pamplona.
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El nombre de El Petit es un guiño directo a Le Petit Comité, el restaurante de la capital navarra donde el chef Juan Flamarique ha trabajado durante doce años, hasta 2025. De aquel local trae la mano en la cocina, el conocimiento del cliente de Pamplona y una forma de entender la gastronomía muy pegada al producto de mercado y a la cocina hecha al momento.
La propuesta se apoya en una barra muy viva y en un comedor recogido. Hay pinchos y raciones, un menú del día a 23 euros y un menú entre semana y otro de fin de semana con diferentes precios.
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Ellos mismos resumen así la oferta: “La oferta es tema de barra con pinchos y raciones. Un menú entre semana y otro de fin de semana con diferentes precios. Producto de mercado, de temporada, fresco todo y estamos abiertos a un montón de cosas que nos pida el cliente. Si un día hay que cocinar unas palomas, se cocinan. A casi nada le decimos que no”.
Patxi subraya que los dos socios son “del barrio de San Juan de toda la vida” y que viven “a cien metros del bar”. Recuerda que Juan tenía muy cerca de allí el antiguo Petit Comité, ahora cerrado, y que en el barrio “había una demanda del mismo estilo de lo que era el Petit”. “Entonces nos juntamos varias veces y vimos la oportunidad de mercado, vimos el local que estaba cerrado y decidimos echar para adelante”, explica sobre cómo ha nacido el proyecto.
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La apertura de El Petit se ha producido el 4 de diciembre y, según cuenta Patxi, han empezado con fuerza: “Empezamos el 4 de diciembre y aquí estamos con ganas. Por ahora va bastante bien”. Juan recuerda que “aquí ha habido varias ofertas de bares. Hace 25 años funcionaban muy bien y queremos seguir esa misma línea. La demanda era esa y esperamos haber acertado. La ubicación es buena. Hay varios bares cerca efectivamente y conocemos a la gente del barrio. Se trata de darle más vida al barrio y darle valor”.
En estos primeros días, la respuesta de la clientela ha sido muy positiva. “Lo que nos transmiten los clientes es todo muy positivo. Estamos muy contentos”, comentan. Para Navidad ya tienen reservas cerradas, con mesas ocupadas para varios días de diciembre, y notan que los vermús y aperitivos del fin de semana están funcionando gracias al boca a boca.
El Petit da trabajo actualmente a seis personas y, cuando hace falta, algún extra se suma al equipo en los momentos de más carga. De cara a la terraza, saben que habrá que reforzarse. Pese a su edad, los dos socios se muestran muy ilusionados: a sus 53 años, “aún nos queda la tira de años”, aseguran los dos pamploneses. “Además Juan lleva desde los 16 años entre fogones y no vamos a tener ningún problema”, apunta Patxi con confianza en la experiencia del cocinero.
En la parte puramente gastronómica, Juan destaca como grandes protagonistas de la barra las croquetas de jamón y la tortilla de patata, que se han convertido en la seña de identidad del local. “Hacemos todos los pinchos al momento y por eso no hay nada en la barra. Y luego me gusta trabajar mucho la verdura”, explica. La idea es que el cliente vea que lo que se sirve sale directamente de la cocina, con producto fresco y de temporada.
La trayectoria de Flamarique viene además avalada por premios. En 2018, durante la Semana de la Croqueta en Pamplona, llevó dos galardones: el bronce y la distinción a la croqueta más clásica y tradicional. Era, a priori, la más sencilla: la de jamón, elaborada entonces en Le Petit Comité.
Esa misma forma de trabajar la croqueta, cuidando el sabor clásico y la textura, es la que ahora se ha trasladado a la barra de El Petit, en la calle Monasterio de Urdax de San Juan.
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