domingo, 28 de febrero de 2021

RABIOSA ACTUALIDAD DEL JAMÓN: INCARLOPSA SE INCORPORA AL CONSORCIO DEL JAMÓN SERRANO Y ESPAÑOL Y FELIZ DÍA DE ANDALUCÍA 2021 OS DESEA THE JAMONERÍA












La firma cárnica Incarlopsa se acaba de incorporar al Consorcio del Jamón Serrano Español. Incarlopsa es una de las empresas jamoneras en España que cuenta con mayor producción y cuenta con secaderos de jamones distribuidos por Castilla-La Mancha, Andalucía, Comunidad Valenciana y también en Castilla y León. Produce tanto jamón serrano como ibérico.

En total, son 29 las empresas que conforman el Consorcio. Según la organización, representan el 60% de la producción nacional de jamón curado y el 65% del valor de las exportaciones de este producto.

Por otro lado, la organización empresarial señala que en 2020 las firmas jamoneras que lo conforman han exportado un total de 765.091 piezas con su contramarca de calidad, apenas un 0,3% más que en 2019. 

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lunes, 22 de febrero de 2021

RABIOSA ACTUALIDAD DEL JAMÓN: CONTROVERSIA CON EL SEMÁFORO NUTRICIONAL; LOS EXPERTOS NO SE PONEN DE ACUERDO CON EL JAMÓN IBÉRICO









Injusticia con el jamón ibérico

No parece que el camino vaya a ser igual de fácil con el jamón ibérico que con el aceite de oliva. Bibiana Medialdea, directora general en el Ministerio de Consumo, ha reconocido que su ministerio propondrá la exclusión del aceite de oliva del sistema Nutri-Score, pero ha afirmado que, en el caso del jamón ibérico, “tendremos que ver si existe también una base científica clara sobre sus valores nutricionales. Y será un comité técnico el que lo valore”.

Ayer el experto en nutrición Miguel Ángel Martínez (foto superior), catedrático de las universidades de Navarra y Harvard dejaba claro en una entrevista concedida al diario Sur que “no hay ninguna evidencia científica para decir que aceite de oliva y jamón ibérico son malos“.

El principal escollo que tiene que sortear el ibérico no es el de sus grasas, sino el de su forma de elaboración. Volvemos, una vez más, a la famosa polémica en torno al supuesto poder cancerígeno de las carnes rojas. Hagamos un repaso: en 2015, la OMS emitió un comunicado alertando de que las carnes rojas aumentaban el riesgo de cáncer, y recomendaba reducir su consumo. Más tarde esta alerta se fue matizando y el riesgo se centró en las carnes procesadas. Y, desde entonces, no han dejado de aparecer estudios que dicen una cosa y la contraria.


La norma general por la que nos deberíamos regir, insiste el Grupo de Trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Epidemiología, es la de “seguir un patrón dietético saludable -como el de la dieta mediterránea-, en el que se reduce el consumo de carnes rojas y procesadas”. Y por carne procesada se entiende la que “ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación”.

¿Qué pasa con el jamón ibérico? Que, efectivamente, es una carne procesada. Y ello lo coloca, a ojos de los inquisidores y los algoritmos, en el mismo lugar que al bacon, las salchichas o cualquier otro embutido de cerdo blanco. Siguiendo esta consideración, Nutri-Score desaconseja su consumo, y ésta sería la principal incoherencia: primar el proceso de elaboración por encima de las propiedades nutricionales de un alimento. Porque el jamón ibérico se transforma, pero, además de seguir siendo una buena fuente de proteínas o vitaminas del grupo B, es rico en grasas saludables gracias a la montanera, en la que el cerdo se alimenta a base de bellotas ricas en ácido oleico.

Jamón iberico

En 2019 durante el II Foro del Ibérico celebrado en Salamanca, el doctor José Enrique Campillo de la Universidad de Extremadura ya dejó constancia en su ponencia de que “el jamón ibérico es por su composición un producto saludable no tiene sentido que se le ponga un semáforo nutricional en rojo. Es un olivo con patas. Disminuye el colesterol, los triglicéridos y el fibrinógeno”

En cuanto a la sal, otro de los caballos de batalla de cara a la salud cardiovascular, en el jamón ibérico solo representa un 1%; es cierto que se cura el jamón en sal, pero no que esa sal se quede en el interior.

Habría muchas más consideraciones. Por ejemplo, la idea de reducir el consumo se le puede antojar delirante a cualquier español: ¿hay alguien que coma la cantidad de jamón ibérico equivalente a un entrecot? O la de pensar que un desayuno con cereales -a los que se les ha añadido alguna vitamina, hecha la ley hecha la trampa- es más saludable que nuestro pan con aceite de oliva y jamón. De momento, hay que esperar la resolución del ‘comité técnico’, y el sector del ibérico no se va a quedar quieto.

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domingo, 14 de febrero de 2021

RABIOSA ACTUALIDAD DEL JAMÓN: GUIJUELO, A LA CABEZA EN SACRIFICIO, DESPECIE Y TRANSFORMACIÓN DE LOS PRODUCTOS IBÉRICOS CON MÁS DE 200 INDUSTRIAS












Jamón, paleta, chorizo, salchichón, lomo, velas, morcillas, morcón o bútago...son algunos de los productos procedentes del cerdo del que, como dice el popular dicho, se aprovecha hasta los andares, desde las piezas más nobles, hasta el rabo.

Frente a las matanzas caseras para autoconsumo de otras localidades, en el caso de Guijuelo, la villa siempre ha destacado por las matanzas industriales, cuyo fin era la comercialización de los productos curados.

Con un origen de la industria chacinera en Guijuelo que se remonta al siglo XIX, el sacrificio de los cerdos en las calles de Guijuelo -hasta los años 70 del pasado siglo- era el día a día de las empresas familiares, con siete y ocho animales diarios.

Con el tiempo, el sacrificio aumentó a 30-40 cochinos, ya en las casas de las matanzas que es como se llamaba a las actuales fábricas de embutidos. Proceso en el que participaban varios matarifes, peones, y mujeres, que eran las encargadas del lavado y la tarea de desurdir las tripas del cerdo.

Como explica el periodista Damián Martín en su libro 'Matanza Típica de Guijuelo. 25 años con la tradición', la matanza era un ritual con una serie de pasos que comenzaba con la separación del cerdo de la piara, finalizando con el arreglo de los jamones o la elaboración del embutido y su curación, con faenas diferenciadas entre hombres y mujeres.


Chichas, migas castellanas, carrilleras, sangre encebollada, chicharrones o jamón, menú típico de la matanza de Guijuelo
Mientras ellos se encargaban del sacrificio, chamuscado o de deshacer y despiezar, colgando o colocando en artesas cada pieza del cerdo, a las mujeres correspondía el lavado de tripas, la separación y el proceso de salazón. Una primera parte de la matanza fundamental para el siguiente proceso, el arreglo de las piezas -costillas, paletas, jamones, lomos...- o el embutido.

Mención aparte merecen las chichas -carne, sal, pimentón, ajo, orégano...- que, una vez condimentadas, se dejaban en reposo y se freían, convirtiéndose en la prueba para ratificar o no el punto de sal o pimentón antes de convertirlas en chorizos.

La matanza no finalizaba hasta que jamones y paletas no quedaban arreglados, salados y listos para su curación...y su degustación.

Con el jamón ibérico de bellota como el producto estrella, la industria chacinera de Guijuelo, con más de 200 industrias cárnicas, se encuentra a la cabeza en el sacrificio, despiece y transformación de los productos del ibérico. Mataderos frigoríficos, salas de despiece, saladeros, bodegas, secaderos, industrias elaboradoras, empresas de loncheado y envasado e industrias transformadoras de grasas forman el amplio entramado de la industria agroalimentaria que en Guijuelo gira en torno al ibérico.

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viernes, 12 de febrero de 2021

RABIOSA ACTUALIDAD DEL JAMÓN: ESTUDIO DE CICYTEX SOBRE LAS CARACTERÍSTICAS PRODUCTIVAS Y CALIDAD DE LA CARNE DE 3 ESTIRPES DEL IBÉRICO (LAMPIÑO, TORBISCAL Y RETINTO)









El estudio ha sido realizado en los tres últimos años con un total de 65 animales, pertenecientes a tres estirpes de cerdo Ibérico, conocidas como Lampiño, Torbiscal y Retinto. Para su evaluación, los cerdos fueron sometidos a dos sistemas de alimentación: cebo de campo, con pienso comercial, y otro grupo fue destinado a alimentación en montanera, bellota y pastos. El estudio tenía como objetivo evaluar y comparar las características productivas y la calidad de la canal y de la carne en las tres estirpes y su posible interacción con la alimentación. 

Entre las conclusiones, se observan diferencias por el tipo de genotipo o estirpe y debido al sistema de alimentación. Es el caso de la estirpe Retinto, aquellos alimentados en montanera, presentaron los valores más altos en el perfil de ácidos grasos saludables.

En líneas generales, se puede concluir que cada genotipo o estirpe presenta características propias que influyen en parámetros relacionados con la canal y la calidad de la carne. Su estudio pretende ayudar al sector cárnico a proporcionar productos de calidad del Ibérico uniformemente categorizados, de cara a su comercialización y exportación. Como ejemplos de los datos obtenidos, en cuanto a la composición de la canal, la línea Torbiscal presentó valores más altos en el rendimiento cárnico de las piezas nobles (jamón, paleta y lomo) y, menor grasa subcutánea. En el análisis sensorial, Lampiño obtuvo la mayor puntuación en la jugosidad y la menor puntuación en la dureza de la carne fresca de lomo.

En cuanto a otros atributos, se observó una mayor intensidad de color rojo en la carne de lomo de Retinto frente a Lampiño y Torbiscal. Con respecto al perfil de ácidos grados saludables presente en la grasa, Retinto fue también la que obtuvo los valores más altos.


Caracterización de estirpes

Para la caracterización de las estirpes del cerdo Ibérico, se han evaluado los rendimientos cárnicos de productos frescos y curados (lomo y jamones) y se ha realizado el análisis físico-químico de la carne para determinar su calidad nutritiva, aptitud tecnológica y el análisis sensorial de estos productos (sabor, aromas, color...) mediante un panel de expertos catadores. Además, se han estudiado los cambios en la expresión de genes relacionados con el metabolismo lipídico.

El estudio se ha realizado en 65 animales (20 Lampiño, 23 Torbiscal y 22 Retinto), en la finca Valdesequera de CICYTEX, que cuenta con una superficie de 718 hectáreas de dehesa. Para evaluar las posibles interacciones entre la estirpe y la dieta, se distribuyeron en dos grupos: 31 animales se destinaron a un sistema extensivo pero de cebo de campo, con una dieta a base de concentrado estándar, y otros 34 animales con una dieta de bellota y pasto en el sistema tradicional de montanera.

El estudio ha sido realizado por personal investigador y técnico del Instituto de Investigaciones Agrarias Finca La Orden-Valdesequera y el Instituto Tecnológico Agroalimentario de Extremadura.

Estirpes del Ibérico

La raza ibérica está compuesta por diferentes estirpes que muestran un grado muy alto de variabilidad. En ello influye el sistema de alimentación y la composición de la dieta pero también la expresión génica de cada estirpe.

En general, el Retinto es la más habitual en las explotaciones ganaderas extremeñas en detrimento de las otras dos. El proyecto realizado en el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), responde a la necesidad de conservar y proteger el patrimonio genético que representan estas tres variedades o estirpes de la raza porcina Ibérica, entre otros motivos, el Lampiño se encuentra en peligro de extinción debido a su menor productividad. Sin embargo, como se ve reflejado en el estudio, el Lampiño presenta otros atributos en la calidad sensorial de su carne de interés desde el punto de vista comercial. Además, su gran adaptación al medio y rusticidad y la conservación de las especies puede ser un valor añadido en la motivación de muchos consumidores.

Para poder conservar estas estirpes o genotipos es necesario caracterizar sus parámetros productivos (como el crecimiento, la deposición de grasa y rendimientos) así como la calidad de la carne…), de forma que, bien en pureza o incluso a través de cruces entre ellas o con razas mejoradas, como la Duroc, estas estirpes puedan resultar económicamente más rentables a los ganaderos y aportar un valor añadido al sector de los productos cárnicos del Ibérico en sus estrategias para mejorar la competitividad y sus exportaciones.

Este trabajo ha estado coordinado por la responsable del Área de Investigación Porcina de CICYTEX, Mercedes Izquierdo Cebrián, con la colaboración de las investigadora de CICYTEX, Susana García Torres, en la realización de los estudios de calidad de carne y análisis sensorial. En el proyecto ha participado un equipo multidisciplinar, formado por personal investigador y técnico del Instituto de Investigaciones Agrarias Finca La Orden-Valdesequera y el Instituto Tecnológico Agroalimentario de Extremadura, dos centros adscritos a CICYTEX.

Por otra parte, para completar el análisis sensorial de los jamones ibéricos de las tres estirpes estudiadas, se ha contado con la colaboración de la empresa Monte Nevado, la cual se ha encargado de la curación de los jamones, aportando toda la información acerca de este proceso a CICYTEX, y ha cedido algunas de estas piezas para los estudios sensoriales.

En los jamones curados se observa que en ciertos aspectos a nivel sensorial, existen características distintivas en función de su estirpe, aunque todavía los resultados son preliminares.





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martes, 9 de febrero de 2021

RABIOSA ACTUALIDAD DEL JAMÓN: EL JAMÓN IBÉRICO PIDE SER EXCLUIDO DEL SEMÁFORO NUTRICIONAL DE NUTRISCORE TRAS EL "INDULTO" DEL ACEITE









El jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico no salen bien puntuados en Nutriscore, el semáforo nutricional que el Gobierno pretende implantar en los próximos meses. Su calificación oscila, según el producto concreto, entre las letras más bajas: la D (naranja) y la E (rojo). Alertados por el impacto que puede tener en los consumidores, los productores de cerdo ibérico ya han elaborado sus propios estudios científicos —con resultados muy favorables— para que la administración revise su nota. La noticia de que Consumo excluirá al aceite de oliva del sistema les lleva a solicitar el mismo trato.

La Interprofesional se agarra a dos informes. El primero es un estudio encargado al Hospital Ramón y Cajal que concluye que el "consumo de jamón ibérico disminuye el riesgo cardiovascular" en personas sanas. El segundo, un análisis nutricional de la Universidad de Extremadura que menciona el "alto contenido en proteínas" de los ibéricos y otra serie de bondades (fuente de hierro, de potasio, fósforo, etc.) según el producto concreto.

En un comunicado enviado la semana pasada, antes del anuncio de Consumo, ASICI ya avanzó que presentaría estos estudios para solicitar la revisión de su nota. Haya Nutriscore o no, una de las líneas de actuación de la Interprofesional es "promover estudios de investigación que posicionen al jamón" como alimento saludable.

El Ministerio de Agricultura, aliado del jamón

El interlocutor natural de las interprofesionales —organizaciones que agrupan a toda la cadena de un sector concreto, como el aceite, el limón, la leche o el pescado— es el Ministerio de Agricultura, no el de Consumo. El ministro del ramo, Luis Planas, dejó clara este lunes su "preocupación" sobre la clasificación del aceite de oliva y el ibérico en Nutriscore, los dos productos a los que hizo mención explícita. "Soy co-proponente de esta medida", dijo en un evento sobre aceite, "y solo daré mi acuerdo si los productos que forman parte de la dieta mediterránea aparecen justamente valorados o excluidos".

El acuerdo de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos recoge el compromiso de implantar el semáforo nutricional. La AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), el organismo que lidera su implantación, está adscrita a Consumo, Agricultura y Sanidad. La norma que introducirá Nutriscore en España será un real decreto que deberá ser aprobado por el Consejo de Ministros, aclaran desde Agricultura, "por lo que, como todos los demás, es un decreto del Gobierno y no de un ministerio concreto". Este diario ha preguntado a ambos departamentos (Agricultura y Consumo) sobre el potencial 'indulto' del jamón: Consumo no se ha pronunciado y Agricultura ha remitido a las declaraciones del ministro Planas.

El culebrón del aceite, el jamón y Nutriscore es un poco como el día de la marmota. Cuando la anterior ministra de Sanidad y Consumo, María Luisa Carcedo, anunció su intención de implantarlo saltaron las mismas alarmas. Sanidad dijo más tarde que no lo aplicaría a alimentos de un solo ingrediente, como el aceite, la leche, la miel y los huevos, una posibilidad que permite el propio sistema. Sin embargo, España no llegó a instaurarlo, cambió el Gobierno y hemos vuelto a empezar.

Entre medias, el sector del aceite de oliva consiguió, gracias a un informe de la AESAN, subir su nota de D a C. No fue suficiente. "Nos decían: la C es la mejor clasificación dentro de la categoría de aceites", relata Teresa Pérez, gerente de la interprofesional del aceite de oliva. "Pero claro, la percepción de un consumidor no va a ser que los aceites son buenos si tienen la C. Por eso insistimos: es transmitir un mensaje erróneo. Y puede provocar el efecto contrario, que la población limite su consumo de un producto saludable". Los aceiteros alertaron y Consumo ha llegado a un acuerdo con la distribución para que el etiquetado no afecte al aceite, además de asegurar que promoverá su exclusión del sistema cuando esté dentro de los órganos de Nutriscore.

Ahora también se repite la historia con el jamón, que con el primer intento de semáforo ya hizo su declaración de intenciones. "Nos opusimos, pero no nos reunimos con la ministra porque no había nada sobre la mesa", explican desde ASICI. En su defensa, añaden que la porción diaria recomendada de jamón son 30 gramos y que lo único que se le añade es la sal para curarlo.

Nutriscore permite excluir a "productos de un solo ingrediente cuyo único procesado ha sido la maduración". Sin embargo, Pilar Galán —la doctora española que codirigió la investigación que desarrolló el etiquetado— ya ha argumentado que "el jamón ibérico bellota es de gran placer pero contiene cantidades importantes de sal" y grasas saturadas. Y que por eso tiene una baja calificación.

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