El jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico no salen bien puntuados en Nutriscore, el semáforo nutricional que el Gobierno pretende implantar en los próximos meses. Su calificación oscila, según el producto concreto, entre las letras más bajas: la D (naranja) y la E (rojo). Alertados por el impacto que puede tener en los consumidores, los productores de cerdo ibérico ya han elaborado sus propios estudios científicos —con resultados muy favorables— para que la administración revise su nota. La noticia de que Consumo excluirá al aceite de oliva del sistema les lleva a solicitar el mismo trato.
La Interprofesional se agarra a dos informes. El primero es un estudio encargado al Hospital Ramón y Cajal que concluye que el "consumo de jamón ibérico disminuye el riesgo cardiovascular" en personas sanas. El segundo, un análisis nutricional de la Universidad de Extremadura que menciona el "alto contenido en proteínas" de los ibéricos y otra serie de bondades (fuente de hierro, de potasio, fósforo, etc.) según el producto concreto.
En un comunicado enviado la semana pasada, antes del anuncio de Consumo, ASICI ya avanzó que presentaría estos estudios para solicitar la revisión de su nota. Haya Nutriscore o no, una de las líneas de actuación de la Interprofesional es "promover estudios de investigación que posicionen al jamón" como alimento saludable.
El Ministerio de Agricultura, aliado del jamón
El interlocutor natural de las interprofesionales —organizaciones que agrupan a toda la cadena de un sector concreto, como el aceite, el limón, la leche o el pescado— es el Ministerio de Agricultura, no el de Consumo. El ministro del ramo, Luis Planas, dejó clara este lunes su "preocupación" sobre la clasificación del aceite de oliva y el ibérico en Nutriscore, los dos productos a los que hizo mención explícita. "Soy co-proponente de esta medida", dijo en un evento sobre aceite, "y solo daré mi acuerdo si los productos que forman parte de la dieta mediterránea aparecen justamente valorados o excluidos".
El acuerdo de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos recoge el compromiso de implantar el semáforo nutricional. La AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), el organismo que lidera su implantación, está adscrita a Consumo, Agricultura y Sanidad. La norma que introducirá Nutriscore en España será un real decreto que deberá ser aprobado por el Consejo de Ministros, aclaran desde Agricultura, "por lo que, como todos los demás, es un decreto del Gobierno y no de un ministerio concreto". Este diario ha preguntado a ambos departamentos (Agricultura y Consumo) sobre el potencial 'indulto' del jamón: Consumo no se ha pronunciado y Agricultura ha remitido a las declaraciones del ministro Planas.
El culebrón del aceite, el jamón y Nutriscore es un poco como el día de la marmota. Cuando la anterior ministra de Sanidad y Consumo, María Luisa Carcedo, anunció su intención de implantarlo saltaron las mismas alarmas. Sanidad dijo más tarde que no lo aplicaría a alimentos de un solo ingrediente, como el aceite, la leche, la miel y los huevos, una posibilidad que permite el propio sistema. Sin embargo, España no llegó a instaurarlo, cambió el Gobierno y hemos vuelto a empezar.
Entre medias, el sector del aceite de oliva consiguió, gracias a un informe de la AESAN, subir su nota de D a C. No fue suficiente. "Nos decían: la C es la mejor clasificación dentro de la categoría de aceites", relata Teresa Pérez, gerente de la interprofesional del aceite de oliva. "Pero claro, la percepción de un consumidor no va a ser que los aceites son buenos si tienen la C. Por eso insistimos: es transmitir un mensaje erróneo. Y puede provocar el efecto contrario, que la población limite su consumo de un producto saludable". Los aceiteros alertaron y Consumo ha llegado a un acuerdo con la distribución para que el etiquetado no afecte al aceite, además de asegurar que promoverá su exclusión del sistema cuando esté dentro de los órganos de Nutriscore.
Ahora también se repite la historia con el jamón, que con el primer intento de semáforo ya hizo su declaración de intenciones. "Nos opusimos, pero no nos reunimos con la ministra porque no había nada sobre la mesa", explican desde ASICI. En su defensa, añaden que la porción diaria recomendada de jamón son 30 gramos y que lo único que se le añade es la sal para curarlo.
Nutriscore permite excluir a "productos de un solo ingrediente cuyo único procesado ha sido la maduración". Sin embargo, Pilar Galán —la doctora española que codirigió la investigación que desarrolló el etiquetado— ya ha argumentado que "el jamón ibérico bellota es de gran placer pero contiene cantidades importantes de sal" y grasas saturadas. Y que por eso tiene una baja calificación.
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