Supermercados de Francia llevan al menos seis años vendiendo jamón de cebo como si fuese "pata negra". El Ministerio de Agricultura reconoce el "uso incorrecto de la denominación" al norte de los Pirineos, pero, tras un reciente revés por parte de la Justicia francesa, sigue sin encontrar la fórmula para frenar esta tendencia. "Se van a buscar soluciones", aseguran desde el departamento que dirige el ministro Luis Planas a preguntas de El Confidencial. El pasado junio, el Ministerio de Agricultura ya señaló a El Confidencial que "el posible engaño al consumidor" se estaba investigando en sede judicial francesa, pero evitó dar más datos "por confidencialidad". Siete meses después, el ministerio aclara cuál ha sido la decisión final del tribunal francés: "Considerar que la norma de calidad del ibérico no es aplicable en Francia".
El origen del problema se encuentra en que este término se conoce a nivel internacional como sinónimo de calidad, pero la normativa sobre el cerdo ibérico carece de efecto en el extranjero: "Queda reservada exclusivamente a la designación 'de bellota 100% ibérico", advierte el real decreto de 2014. Al no aplicarse esta normativa en Francia, la empresa Labeyrie lanzó en 2016 una gama de productos ibéricos elaborados en España, entre los que destaca su Jambon Pata Negra. Según explica el propio etiquetado de la empresa, este es un "jamón loncheado de cerdo de cebo de campo* 50% raza ibérica".
La falta de control se refleja en la web de supermercados franceses como Carrefour, donde el primer resultado de "pata negra" es precisamente este jamón de Labeyrie: 60 gramos por 6,85 euros. Tres filas más abajo, aparece otro jamón que encajaría con la normativa —Paleta Pata Negra Bellota Covap 120 g España— por 29,80 euros. El etiquetado coincide en dos productos que no tienen nada que ver, pero solo la letra pequeña advierte al consumidor sobre esta diferencia de calidad y, por tanto, de precio.
Labeyrie gana el pulso en los tribunales.
En 2022, Agricultura movió ficha y "solicitó acciones" a la Dirección General francesa de la Competencia, del Consumo y de la Represión de Fraudes (DGCCRF) a través de la embajada en París. Francia les respondió que ya habían solicitado a Labeyrie que modificara el etiquetado "para alinearse con la norma española" y para respetar el reglamento europeo de 2011 sobre "la información alimentaria facilitada al consumidor", pero la empresa optó por recurrir la decisión ante los tribunales. Según aclaran ahora desde el ministerio, el tribunal administrativo anuló "la decisión del Gobierno francés" a mediados de 2022. La sentencia considera que la norma del cerdo ibérico no es aplicable en Francia y que el Jambon Pata Negra no incumple el reglamento europeo: "El Tribunal concluye que la mención Pata negra grande tradition no corresponde a ninguna definición legal en territorio francés, por lo que puede ser utilizada por la empresa en su etiquetado sin considerarse un fraude".
Tras la notificación de esta sentencia, Francia ha evitado tomar medida alguna contra este Jambon Pata Negra. En palabras de Agricultura, les han trasladado que "continuarán con las reflexiones de cómo poder acabar con esta práctica", pero al mismo tiempo les advierten de que, "de momento, no pueden actuar contra la empresa Labeyrie". El Confidencial también se ha puesto en contacto con esta empresa para tratar de recabar su postura respecto a esta polémica, pero no ha obtenido respuesta. Desde Agricultura apuntan a su vez que en los últimos meses han tratado de estrechar el cerco en torno a las empresas españolas que venden el jamón a Labeyrie para comprobar si incurren en alguna irregularidad. Sin embargo, aseguran que esta vía tampoco ha dado resultado porque "es en Francia donde la empresa Labeyrie (y otras empresas francesas que realizan prácticas similares) llevan a cabo el etiquetado del producto en francés y donde se incluye las palabras en español pata negra".
El último intento para reconducir esta situación se produjo en enero, durante la cumbre hispano-francesa que se celebró en Barcelona, el Tratado de Amistad y Cooperación que Pedro Sánchez y Emmanuel Macron firmaron ese día incluye un compromiso de ayuda mutua "en materia de controles oficiales agroalimentarios y en la lucha contra el fraude". El Ministerio de Agricultura destaca este acuerdo, pero reconoce que la protección del término pata negra exige ir un paso más allá y llevar el caso hasta Bruselas: "Solamente se podrá resolver a través de modificaciones de la normativa europea".
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