Es uno de los platos estrella en la época de Navidad y de cualquier acontecimiento importante. Y es que comer jamón ibérico es uno de los placeres que tenemos, sobre todo, en Andalucía, ya no solo por su sabor sino por sus condiciones saludables. Incluirlo en tu dieta es gozar de todas las propiedades del ácido oleico, un componente que beneficia a los pacientes que presentan riesgos de patología cardiovascular.
El ácido oleico es típico de los jamones de bellota y como los cerdos ibéricos se alimentan de bellotas, el jamón cuenta con una mayor cantidad de ácido oleico en sangre, lo que favorece su distribución por todos los órganos de nuestro cuerpo, incluido nuestra musculatura. En este sentido, cuando consumes jamón ibérico de bellota, estás recibiendo más nutrientes de ácido oleico de los que te aportaría un jamón cuyo cerdo se ha alimentado con pienso o con cualquier otro producto.
Pero no es de lo único que nos podemos beneficiar comiendo jamón ibérico. Veamos qué aporta exactamente a la salud esta delicia culinaria.
Alto contenido de proteínas
El jamón ibérico es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, esenciales para la construcción y reparación de tejidos en el cuerpo.
Ácidos grasos saludables
Este tipo de jamón contiene ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico, que se asocian con beneficios para la salud cardiovascular al ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol "malo") y aumentar el colesterol HDL (colesterol "bueno").
Rico en hierro
El jamón ibérico es una fuente importante de hierro, un mineral esencial para transportar oxígeno en la sangre y mantener una función celular adecuada.
Vitaminas y minerales
Contiene vitaminas del grupo B, como la niacina, que es esencial para el metabolismo energético, así como minerales como zinc y fósforo, que son fundamentales para diversas funciones corporales.
Sabor y disfrute
Además de sus beneficios nutricionales, el jamón ibérico es apreciado por su exquisito sabor y textura. Incluir alimentos placenteros en la dieta puede contribuir a una relación más positiva con la comida. No obstante, al ser rico en sal, está limitado, o casi prohibido, el consumo en personas hipertensas.
Bajo en calorías
Comparado con otras opciones de embutidos, el jamón ibérico tiende a ser más bajo en calorías, lo que lo convierte en una elección sabrosa y relativamente baja en grasas saturadas. Aun así, está contraindicado en pacientes que tengan un gran perímetro de masa abdominal.
A pesar de los grandes beneficios que tiene el jamón ibérico, debes saber que todo debe de tomarse en su justa medida, por lo que no debemos consumir toda la cantidad que nos gustaría. En este sentido, se recomienda unos 50 gramos de cantidad de jamón al día porque, teniendo en cuenta que el peso de la loncha son aproximadamente 30 gramos, quiere decir que no solo estás comiendo la parte magra (la parte del músculo), sino que también lleva una parte importante de grasa y, por lo tanto, hay que comer con moderación.
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